Caminando por Tyria


Con la salida inminente (gracias a dios) de la "segunda" entrega de este videojuego, decidí retomar de nuevo mis viajes por toda Tyria. Hacía cuanto menos cuatro años que no lo tocaba, a pesar de tenerlo ahí (bien por otros juegos, bien por falta de tiempo, bien porque no se me apetecía) y, como el resto de ocasiones en los que he vuelto a él, me he llevado un excelente sabor de boca.

Guild Wars es un mmorpg que salió hace muchos años pero que, a pesar de ello, todavía sigue teniendo muchos adeptos. Gracias a él nos adentramos en el ficticio mundo de Tyria, donde tendremos que convertirnos en un héroe para la nación, enfrentándonos a enemigos comunes y a enemigos que nunca pensaríamos que tendríamos.

Los Charrs molan un montón
La historia comienza en Ascalon, donde acabas de llegar gracias a la muda necesidad del rey, ya que la ciudad está siendo asediada por los Charrs, unas criaturas con aspecto felino y bastante fieras, que no dejan más que destrucción a su paso. En este lugar por ahora idílico y lo suficientemente tranquilo, podremos dar nuestros primeros pasos y comprender cómo funcionan las cosas en el mundo de Tyria.


 Yo encarno la piel de una joven guardabosques, que atraída por la idea de acabar con los Charrs acepta la petición del rey, sirviendo a su patria. En Ascalon joven, aprendí a usar mi arco con habilidad, me gané la simpatía de un felino de Melandru (que más adelante son casi imposibles de encontrar), además que granjearme la amistad de muchos futuros héroes como yo. Por si fuera poco, también tuve la oportunidad de estudiar una profesión secundaria, lo que me valdría para incrementar mi sabiduría y mis poderes. En esta ocasión, y sin que sirva de precedente, decidí darle mis votos a Grenth, el señor de la muerte.

Guild Wars es un juego sencillo, si bien peca de bastantes errores que todos los fans tenemos intención de ver subsanados en la nueva entrega. Los más importantes quizás sean la imposibilidad de saltar (como hacen los personajes del WoW), si bien puede parecer nimio se echa bastante de menos; la sensación de que la exploración es rígida y lineal (la mayoría de las veces tienes que ir por el camino marcado, no puedes saltar barrancos, nadar, ni siquiera salvar pequeños desniveles de tierra); el escaso nivel al que llegan los personajes (es el 20, aunque he de decir que sobra); la falta de razas jugables (solo puedes ser humano)...

Por contra, el apartado técnico, gráfico y musical del juego es cuanto menos excelente, colocándose de los primeros en las listas, aunque el WoW siga sacándole ventaja. La disposición de la barra de habilidades consigue que el juego sea más estratégico, quitando la sensación de ser un "aprieta botones" como otros mmorpg. En el Guild Wars sólo puedes tener una serie de habilidades activadas, que podrás cambiar en cualquier ciudad del mapa, al igual que los puntos de habilidad, que pueden redistribuirse tantas veces como se quiera. Las batallas con multitud de enemigos pueden convertirse en todo un reto para el jugador, que tendrá que aprender a sobrevivir con lo poco que tiene. Además, la posibilidad de contratar esbirros o héroes, hace que el juego pueda ser jugado perfectamente en solitario (excepto en las zonas PvP)


Ascalon era bonita...
Los gráficos del juego son sensacionales, muy cuidados, muy conseguidos a pesar de ser un juego antiguo y, sobre todo, muy muy optimizados. Los requisitos mínimos no superan los 128 mb (una ATI® Radeon® 8500, por ejemplo), lo cual se agradecía porque por aquella época (igual que en esta, lamentablemente) la cosa no estaba para tener ordenadores potentes. Los espacios abiertos son coloridos y llenos de vida, alejados de los yermos que por ejemplo podían verse en el Lineage II (se echaba de menos un buen bosque por el que perderse).


En cuanto al apartado musical, la banda sonora no molesta al jugador, reproduciéndose siempre en segundo plano y no interfiriendo en el sonido ambiente (que puede orientarte sobre la disposición de los enemigos). Hace tiempo lanzaron una reedición del Guild Wars Prophecies (la primera campaña) que traía consigo la banda sonora. El juego consta de tres expansiones más, cada una con nuevos contenidos adicionales, llamadas Guild Wars Factios, Guild Wars Nightfall y Guild Wars Eye of the North.

En definitiva, el Guild Wars es un juego que a mi, desde siempre, me ha encantado. Se ha ganado por méritos un huequito en mi corazón, a pesar de tener fuertes competidores que podían hacerle sombra. Quizás también tenga mucho a favor el hecho de que las cuotas mensuales no existen y que el juego está completamente doblado y subtitulado al castellano (cosa que se agradece). Además, con la llegada del Guild Wars 2, lo he desempolvado ya que ganaremos bonificaciones por tener méritos en el Museo de la Fama. ¡Hay que darle caña!


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