The Witcher: Día uno. Primeras impresiones
No debería llamarse primeras impresiones, ya que es un juego
que voy a rejugar, después de muchos años. Sin embargo, puntualizaré que apenas
hice gran cosa la otra vez que lo pillé, debido a que tuve que hacerlo en el
ordenador de un amigo (por aquellos entonces mi portátil no aguantaba los
gráficos del The Witcher) y que no entendía prácticamente nada (no me había
leído los libros).
Hace poco, después de regalarle los dos primeros de la saga
a mi mejor amiga, ya que yo no los quería (qué desfachatez), me pidió que le
diese una nueva oportunidad a Geralt de Rivia. Lo había empezado a leer hacía
mucho tiempo y había considerado la lectura complicada, con demasiados saltos
en el tiempo que me hacían perder el hilo. Ahora, con más muebles en mi cabeza,
decidí hacerle caso (tenemos gustos muy parecidos). Y madre mía.
La obra de Sapkowski es espectacular. La historia está
perfectamente enlazada (ahora me doy cuenta) y el protagonista es uno de los
personajes más carismáticos que he podido leer jamás. Después de haber devorado
la saga de El Ángel de la Noche, encontraba muchas similitudes entre Geralt y
Durzo Blint, si bien el primero tenía una personalidad que me resultaba
ligeramente más atractiva (era más bonachón). Empapada con la sabiduría de El
Lobo Blanco, veía lejos el momento de echarle mano de nuevo a su prodigioso
juego.
Recordaba vagamente que el sistema de batalla era difícil,
como también recordaba que no había tardado demasiado en hacerme a él. Ahora
que lo pruebo, luego de haber jugado al sencillo Assassin’s Creed, debo decir
que sí que es complicado.
Al principio, los sistemas de cámara hacen que uno se pierda
un poco. Acostumbrada a mover a Ezio Auditore, manejar a Geralt se me antojaba
una odisea. Al final decidí dejarle la cámara sobre el hombro (típica de
algunos juegos como Resident Evil 4), ya que el movimiento con WASD es el que
llevo mejor (todos los juegos online prácticamente lo llevan ya). Se parece
mucho al estilo de movimiento de The Elder Scrolls: Skyrim, con el puntero
siempre fijo en el centro de la pantalla, que has de mover con el ratón. Tengo
que reconocer que la sensibilidad de la cámara es exagerada y tuve que
reducirla al mínimo para no marearme tanto al girar. Sin embargo, poco a poco
una se va acostumbrando.
El sistema de batalla está muy desarrollado, con tres tipos
de estilos de combate: para enemigos acorazados, para enemigos veloces y para
grupos de enemigos. Para acertar los golpes hay que hacer combos, que se
activan si pulsas en el momento oportuno (al principio puede resultar muy
complejo). La suerte que se tiene es que puedes darle a la pausa en cualquier
momento para cambiar entre estos tres estilos (como en el Baldur’s Gate, que
podías parar para ordenar las acciones), lo cual quita bastante estrés. Aun
así, he decidido jugar en fácil. Llamadme cobarde.
Recordaba que la otra vez que probé el juego, el sistema de
alquimia me resultó complejo y sin sentido. Ahora que estoy empapada con la
sabiduría de los Brujos y conozco como realizan las cosas, tengo que decir que
esto no es así ni mucho menos. En la modalidad fácil, las pociones no son
necesarias para sobrevivir, así que no sé cómo será en el resto de modos. Si
bien es cierto que la interfaz es sencilla.
Por lo demás, The Witcher cuenta con unos gráficos geniales,
parecidos a los que gastan juegos como Dragon Age: Origins. Los monstruos
pueden dar sustos y, gracias a la edición Enhanted, las texturas de todos los
personajes se han modernizado. Si bien todavía las expresiones de todos son un
poco inexistentes, el trabajo es más que notable.
Eso sí, he de decir que las voces en castellano me dañaban los
oídos. No creo que hayan echo un buen trabajo (sobre todo después de escuchar
doblajes como los de la saga Assassin’s Creed). La voz de Geralt no me gustaba
absolutamente nada y me parecía que muchos personajes a veces estaban cargados
de emociones que no correspondían (Triss gritaba mucho cuando no tenía que
hacerlo). No otorgaban alma a sus personajes. Así que he decidido jugar con las
voces en inglés y los subtítulos en castellano (ya lo probé en polaco, por
hacer un homenaje al autor, pero me volvía loca) y el resultado ha sido tan
agradable como esperaba.
Ahora solo queda explorar por los alrededores de Wyzima,
tras la búsqueda de los Salamandras…
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